La pobreza se ausenta, no por ser oprimida por la riqueza, sino porque se le ha expulsado de los débiles y transformados campos que cultivaban, tierras sin existencia de hospitales, carentes de educación, plazas y mercados deteriorados, comunidades que se transformaron imperturbables, invisibles y silenciosas como seres anidados al tiempo hasta que finalmente sus huellas desaparecieron. La inmanencia de esta propuesta está fundada en la simbiosis que organiza ciudades, paisajes y comunidades haciéndolos cómplices de un crecimiento sostenible a través de la acumulación de encuentros de esperanza y humanidad. Por otro lado existe un ordenamiento que actúa mediante patrones y tipologías, en conjunto un sistema compositivo para crear a partir de lo ya conocido , este sistema está fundado como una herramienta resiliente que genera posibilidades e ignora la imposición para hacer posible una heterotopía de regeneración que permite el cambio sin traicionar la consistencia del proyecto urbano.